viernes, 22 de agosto de 2014

En Cine: El Amanecer del Planeta de los Simios (2014)


Con mucho retraso vamos a abordar la secuela del relanzamiento de la saga más simiesca de la historia del cine. Hay posibilidad de spoilers, por si queda algún humano que lea por ahí mis palabras.

El abandono de la secuela en un primer momento del director Peter Wyatt hizo temer por esta segunda entrega, sin embargo el hasta entonces director de Cloverfield (2008) y el remake de Déjame Entrar (2010), Matt Reeves, pareció dejar más tranquilo al personal al ser elegido para hacerce cargo.


El Amanecer del Planeta de los Simios (2014) ha resultado ser una más que digna secuela, superior en espectacularidad pero igualmente bien tratada en el apartado de historia y personajes. Y he ahí donde está uno de los grandes aciertos del film, porque lejos de centrarnos en la humanidad, se nos muestra con mayor ahínco la sociedad y el devenir de los simios después de esos nueve inviernos que han pasado desde que ganasen su libertad.


Sólo el comienzo de la película, con ese primer plano de los ojos de César con la cara pintada mientras se abre el plano y nos muestra a muchos otros simios a la espera de su orden de ataque vale su peso en oro. El instante después hace retrotraer nuestras mentes hacia lo que sabemos de nuestros antepasados cazando con lanzas, como un eco que se repite dentro de la historia, ficticia en este caso, del planeta y sus habitantes.


Sólo en ese comienzo consiguen establecer ya las tensas relaciones entre César, su hijo adolescente y su segundo, el belicista Koba. Después nos internamos en la aldea/ciudad simia, donde los más pequeños aprenden las leyes de los simios de manos del orangután Maurice, los gorilas vigilan y defienden, las hembras asisten a la mujer de César en el alumbramiento de su segundo hijo... en definitiva, una sociedad totalmente establecida.


La aparición de humanos en los bosques, tras tantos años sin verlos y dándolos por desaparecidos, desencadenará muchas reacciones, tanto entre los humanos supervivientes de la "gripe simia" como entre los simios. Como es lógico ambos bandos tendrán personajes con sentido común que creen en la coexistencia y personajes que guiados por el miedo, e incluso por el odio, crean que hay que aniquilar al contrario antes de que este los elimine a ellos.


Como es lógico César se debate de nuevo entre el amor por su propias familia y raza, y el amor inculcado por su familia humana adoptiva. No confía en ellos, pero encuentra en el humano llamado Malcom y su familia el lado bueno de la humanidad otra vez. Esto le lleva a darles un voto de confianza para que los humanos que se han reestablecido en un edificio de la desolada San Francisco, arreglen el sistema eléctrico de una presa cercana a sus dominios para reabastecerse en la ciudad y poder comenzar de nuevo. Lógicamente el miedo y el odio harán que esta frágil tregua se acabe rompiendo y un cada vez más desafiante Koba se volverá contra los deseos de César, rompiendo una de las leyes más importantes de los simios y desencadenando la guerra contra los humanos.


Toda la película está llena de conflictos, internos y externos. El propio hijo adolescente de César se debate entre obedecer a su padre o seguir las enseñanzas radicales de odio de Koba. Él sólo puede ver a los humanos a través de los que otros cuentan, pues al margen del leve contacto con la familia de Malcom y los otros que los acompañan, no es capaz en principio de hacerse una idea propia y es altamente influenciable.


La sociedad simia se divide entre los que siguen a Kobac a la guerra y los que saben y apoyan que no es lo que César desea. La sociedad humana está más confusa, porque llevan años sufriendo penurias, guerras y enfermedad. En ese estado mental ver simios montar a caballo, erguirse y hablar despierta el instinto más primitivo, el del miedo y el de sobrevivir a toda costa. Y que uno de sus líderes se guíe por esta filosofía no ayuda en absoluto.


Lógicamente este incidente entre las dos razas hace que volver atrás sea imposible, los actos de unos pocos ya no pueden deshacerse. César y Malcom se despiden como amigos, pero sabiendo que no se verán más. El líder de los simios deja marchar a los humanos supervivientes y se enfrenta al inevitable futuro. Su pueblo está a sus pies y la guerra irá a su encuentro.


De nuevo el apartado técnico de la película se supera, se mejora todo lo mejorable, haciendo que los simios parezcan aún más reales. El trabajo de Serkins y los demás actores encargados de intrerpretar a los simios queda reflejado en el resultado final, nuevamente César y compañía con su expresividad nos hacen creer que están ahí de verdad.


El encargado de la banda sonora en esta ocasión es Michael Giacchino, al que algunos creen firme sucesor de John Williams. Lo cierto es que de toda la hornada de compositores relativamente jóvenes, Giacchino es de los pocos que continúa teniendo un sonido más clásico y no insinuando en que sea mejor que el maestro Williams ni mucho menos, se entiende la comparativa.

El compositor crea un score un pelín alejado a sus trabajos más comerciales y hace un ligero acercamiento al estilo de otro maestro, el desaparecido Jerry Goldsmith, en su trabajo para el clásico El Planeta de los Simios (1968). Utiliza sonidos más tribales, pero sin perder su propio estilo de melodía ni llegar a ser tan deshumanizado con el de Goldsmith. Además realiza algún reciclaje de sus notas para Super 8 en las piezas más sentimentales.

Personalmente, aunque me encanta Giacchino y este trabajo es todo lo contrario a malo, sí que me esperaba algún contenido más cercano a sus trabajos comerciales. No obstante la diferencia entre lo esperado y lo percibido no van reñidos ni hace que no se pueda disfrutar.

Para destacar los dos ejemplos del sonido para esta película, tenéis Monkey to the City y Past Their Primates.

En definitiva, otro blockbuster que merece la pena ver y que deja con ganas de más.

domingo, 20 de julio de 2014

Revisionado: El Origen del Planeta de los Simios (2011)


La idea de revitalizar una saga que, con sus altibajos a medida que avanzaba, fue uno de los grandes exponentes de la ciencia-ficción entre los años 60 y 70, no es en absoluto nueva. Ya en 2001 se intentó reinventar El Planeta de los Simios (1968) a manos de Tim Burton, una elección cuanto menos curiosa que terminó en fracaso, siendo El Planeta de los Simios (2001) considerada su peor o una de sus peores películas y una mala película en general.


Personalmente de aquella yo no tengo tan mala opinión. Es cierto que fue fallida, que no se supo hacer algo original y de calidad, pero tuvo sus cosas buenas. Ya hace años que no la he vuelto a ver, así que quizás un día lo haga y plasme mi opinión con todos los detalles más frescos.

Ahora vayamos a la película que nos toca, oportunamente revisionada para asistir a ver la segunda entrega esta tarde-noche.


El Origen del Planeta de los Simios (2011) me ha vuelto a encantar. ¿Y por qué no iba a ser así? Es un blockbuster de calidad, como deberían serlos todos, una buena historia acompañada de buenos efectos y no buenos efectos para tapar la carencia de una historia.

Este film fue un relanzamiento muy consciente de lo que era. Nunca iban a poder sorprendernos como lo hiciera la película protagonizada por Heston, con un final que perdura como uno de los mejores de la historia del cine, algo que Tim Burton pretendió emular sin éxito. Alejándose de la idea de empezar la historia por el mismo punto, Rupert Wyatt nos lleva al comienzo de todo, que en la saga anterior fue contado en La Rebelión de los Simios (1972).


Por supuesto se hace de manera distinta, con conceptos un poco más "plausibles" dentro de la época actual, pero con claras influencias de las originales. En vez de una evolución "natural" de los simios por estar en contacto constante con humanos como mascotas, tenemos una experimental cura del Alzheimer que cambia la capacidad cerebral de los simios, desarrollando su inteligencia a niveles equiparables a los humanos. Y si algo hay que achacarle a este nuevo comienzo es su "humanidad", en lo bueno y en lo malo de lo que ese concepto representa. No sólo se consigue empatizar con los personajes de nuestra raza, lo que está logrado es que lo hacemos también con los simios, sobre todo con el futuro líder de su raza, César. La película consigue que veamos más allá de nuestras diferencias.


Es ese vínculo entre un humano y un simio, entre un padre y un hijo, que en su fuero más interno no son conscientes de sus diferencias, se quieren y no hay nada más. Lógicamente eso no puede durar, pero la esencia de ese amor es lo que forjará la personalidad de César. Él crece entre humanos y llega a creerse humano, hasta que se ve obligado a mirar más allá. A pesar de ese amor por su padre se empieza a dar cuenta de los detalles, como por ejemplo el hecho de llevar una correa igual que un perro cuando lo llevan al bosque a que se explaye y corretee. Cuando se pregunta: ¿quién es César?, todo empieza a cambiar.


Precisamente su lado más humano, la defensa de alguien a quien quiere, es lo que lo lleva a conocer otro mundo. El de los simios. Enjaulados y maltratados por el ser humano, un ser humano que nada se parece al que conoció en el que hasta entonces fuera su hogar. César descubre que su humanidad provoca el rechazo de sus semejantes simiescos, pero su inteligencia superior le hará granjearse el respeto y el liderazgo de su raza. César madura en su cautiverio, dejando de lado a su "padre" para ser el padre de sus semejantes y llevarlos a la libertad y el lugar que se merecen.


No hay un bando malo ni bueno, hay lo que hay siempre, personas/simios buenas/os y malas/os. César es hijo de dos mundos y como tal es capaz de discernir que no todos los humanos son malos ni todos los simios son buenos. Él busca el equilibrio e intenta ser justo.


En el apartado técnico tenemos unos efectos muy bien integrados, (no perfectos, pero bastante logrados), con excelentes actuaciones simiescas de los más humanas, empezando por el especializado ya en dar vida a criaturas y personajes digitales, Andy Serkis (Gollum, King Kong, Capitán Haddock). Tecnología al servicio de una historia, algo que muchos todavía han de aprender en Hollywood.


El apartado musical estuvo a cargo de Patrick Doyle, que obtuvo un score muy apropiado para esta película, lleno de sonidos muy sentimentales y momentos musicales épicos. En su momento haré mi reseña en Alquimia Sonora, pero aquí os dejo un par de piezas destacables mientras tanto: Caesar´s Home y The Apes Attack.


En definitiva, estamos ante uno de los mejores blockbusters de los últimos años y uno de los pocos relanzamientos de un clásico que pueden justificar su exitencia, sin desmerecer el original ni insultar la inteligencia del espectador.

lunes, 23 de junio de 2014